Conversamos con Rodolfo Ungerfeld, reconocido como uno de los investigadores más influyentes del mundo en un ranking internacional.
En la edición 2025 del «Ranking of the World’s Top 2% Scientists» elaborado por la Universidad de Standford, se incluyen
más de 20 investigadores/as de Uruguay que se desempeñan en instituciones nacionales e internacionales. El ranking utiliza la base de datos Scopus, que se compone de referencias bibliográficas y resúmenes de literatura revisada por pares.
Para la selección del
top 2% de investigadore/as referidos/as en su área de conocimiento, el ranking aplica distintos indicadores en relación a la cantidad de publicaciones y dónde quedan disponibles los artículos científicos, cuánto se citan (el impacto que tuvieron en la comunidad científica) y la internacionalización de los trabajos (si hubo cooperación), entre otros.
A continuación, el Dr. Rodolfo Ungerfeld, coordinador de la Unidad de Fisiología del Departamento de Biociencias Veterinarias de la Facultad de Veterinaria y científico destacado en el ranking, nos cuenta su visión sobre la realidad y el alcance de hacer ciencia en nuestro país.
— ¿Qué implica para la comunidad científica uruguaya contar con investigadores/as en un ranking de esta magnitud?
— Como todo ranking tiene sus fortalezas y debilidades, muchas veces los indicadores son rígidos. Hacer ciencia en Uruguay es difícil, no solo por la escasez de financiamiento, con condiciones más precarias, empezando desde cero en temas que no se han trabajado acá, sino que es complejo participar en comunidades científicas chicas que requieren la interacción y evaluación del exterior porque somos pocas personas.
— ¿Qué desafíos identifica al hacer ciencia en Uruguay?
— No tenemos ningún fondo en el país para costear el acceso abierto a publicaciones, entonces solo publicamos en revistas científicas con determinados criterios y por suscripción. En el mundo se fueron reduciendo los costos de suscripciones porque una cantidad de revistas son de acceso abierto, las instituciones usaron esos fondos para costear las investigaciones científicas o generar convenios con editoriales. El acceso libre implica que más gente lo va a leer y lo va a citar. Nuestro impacto es menor al que podría ser si el acceso fuera abierto.
Por otra parte, tenemos una sola Facultad Veterinaria que desde los riesgos científicos de la endogamia es un problema. Los resultados de la endogamia en la ciencia son nefatos, cualquiera pasa a ser referente fácilmente en un lugar donde no hay nadie más que trabaje. En un contexto global es difícil verlo porque para elaborar el ranking se evalúan millones de investigadores/as.
— ¿Qué oportunidades se presentan al visibilizar la investigación de nuestro país?
— La apertura a las relaciones internacionales que permite que estudiantes de grado y posgrado se sumen a trabajos o hagan prácticas en otros lugares a costo cero. Hemos trabajado con países como Brasil, México, España, Francia y Australia.
A su vez, recibir estudiantes y docentes de otros lugares tiene impacto acá por lo que decía de la endogamia en la ciencia. Abre la cabeza no solo para el tema particular al que vienen, sino en cómo son otras instituciones, cómo funcionan, cuáles son sus criterios. Todo esto hace crecer las capacidades y brinda oportunidades. También hay otros resultados más prácticos como acceso a equipamientos y a técnicas.
Una ventaja comparativa de la investigación veterinaria en Uruguay es que podemos desarrollar estrategias para trabajar con grandes cantidades de animales a bajo costo. Hay mucha población estudiantil con interés en participar. Acabamos de publicar junto a un grupo de Brasil sobre algunos factores que inciden en los resultados de la inseminación y la fertilidad en vacas, utilizando datos de 2 millones de inseminaciones.
— ¿Dónde encuentra inspiración para seleccionar temas de investigación?
— Las ideas me surgen en la interacción con otros grupos de investigación en el país y en el exterior, tener claro qué sabemos y qué no. Cuanta mayor apertura haya, más y mejor se usan los mismos recursos para seguir generando oportunidades de conocimiento en temáticas relevantes para el país.
La investigación también tiene que ver con agendas y temáticas a nivel nacional. Lo importante es tener claro que ningún trabajo de investigación va a resolver un problema concreto, para eso se necesitan varios trabajos de diversos lugares con distintas perspectivas, gente que sume elementos diferentes. Hay que buscar la manera de que repercuta en la inserción de la formación de recursos humanos. La investigación tiene que ser una «excusa» para formar mejor a estudiantes de grado y posgrado, es ahí donde tenemos que disfrutar de lo que hacemos, romper con lo que sabemos y desafiarnos.
— ¿Cómo se puede motivar la investigación desde la docencia?
— En toda universidad del mundo que tenga estándares mínimos, la investigación y la enseñanza están continuamente interrelacionadas y entrelazadas. No hay enseñanza universitaria sin investigación asociada. Si el docente o la docente no conoce cuál es el límite del conocimiento, no tiene motivación para entender qué se está generando en el mundo ni la curiosidad por profundizar, es difícil que se logre una enseñanza de calidad.
Cualquier estudiante que quiera aprender un tema y se ponga a estudiar a fondo unos días, va a saber más que yo si no es un tema en el que trabajo muy específicamente. La información está: saber usarla, manejarla, analizarla, tener una visión crítica y entender hacia dónde va, es lo que marca las diferencias.
Por más que haya análisis prospectivos, no tenemos idea de cómo va a ser el país o qué se va a necesitar en 10 o 15 años. Hay que centrarnos en unas capacidades que no se adquieren solo con conocimientos. El desafío es totalmente diferente: cómo la Facultad debería pensar la incorporación de los nuevos elementos en su programa de estudios, qué pasa con la inteligencia artificial, con la robótica. Participar en la generación de la información es indispensable para cualquier institución que quiera seguir avanzando.
— ¿Qué debería saber una persona que quiere iniciarse en la investigación?
— La Facultad tiene mecanismos de participación que antes no había, como pasantías, contratos a proyectos, ayudantes CIDEC, etc. Además, el país cuenta con un programa de becas de posgrado desde hace poco más de 15 años. También existe un sistema nacional de investigadores/as.
No siempre podemos formarnos en el tema que queremos, a veces no hay gente trabajando en eso o medios académicamente consolidados. Formarse sólidamente puede tener más peso que formarse exactamente en la temática que queremos, siempre y cuando nos motive. Con una formación sólida, después podemos dirigirnos hacia áreas que nos interesan más.
Como mensaje a estudiantes, les diría que cuiden su proceso de formación, que lo prioricen, que presenten atención a aspectos como las formas y caminos de aprendizaje, las escolaridades, tomarse los tiempos y aprovechar todas las oportunidades que se presentan. Cuando lo estás haciendo, tal vez no te das cuenta del impacto que puede tener en etapas posteriores.